Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

Sólo para rectificar un error que me parece me ha atribuido S.S., por supuesto sin intención, que yo no le doy a S.S. intención ninguna para esto, pero que me conviene rectificar.

Su señoría ha supuesto que yo he dicho que no se habían provisto esas plazas porque había tenido dificultad para encontrar las personas que las desempeñasen, y no he dicho semejante cosa. No tengo dificultad ninguna; tengo pensado cuáles son las personas que las han de ocupar, y además no puedo tener esa dificultad en un partido en que sabe S.S. hay tantas personas que pueden desempeñar esas plazas.

Me conviene que queden estos puntos bien aclarados. Han sido dificultades de otro género. Su señoría sabe, por ejemplo, que mientras las Cortes están abiertas, no puede ser nombrado ningún Senador para un cargo público. Pues bien; yo puedo indicar para uno de esos puestos a un Sr. Senador; pero ¿qué resultará? Que o tengo que faltar a la Constitución y a las leyes, o que no le puedo nombrar hoy. Bien sé yo que en alguna ocasión se han hecho nombramientos de algún Senador para un cargo público diciendo que se le nombraba en comisión; pero a mí me parece esto una mistificación de la Constitución del Estado, y como a mí no me gusta mistificar las leyes, más quiero pasar por que se me haga el cargo de lentitud que S.S. me ha dirigido, que por mistificar las leyes.

Y este caso que ocurre en el Senado, no pasa en el Congreso, donde puedo nombrar un Diputado, entre los muchos que tienen condiciones; pero si ese Diputado ha de ser de la importancia que exigen las dos Presidencias a que S.S. ha aludido, y si ese Diputado quiere permanecer en el Congreso, yo no tengo fuerza, ni voluntad tampoco, para arrancarlo de aquí. De todas maneras, una y otra dificultad trataré de resolverlas con la brevedad posible.

Celebraré que restablecidos estos hechos, haya quedado más satisfecho de lo que por lo visto quedó de mis primeras explicaciones el Sr. Laiglesia. [1311]